El Magreb arde, dulce cacofonía molesta a los oídos de ciertos sectores de opinión. Los pueblos de la zona, poseídos por un ardor guerrero imprevisible, han terminado en un santiamén con dos autocracias colocando en muy mala posición a otras tres. Nadie ha conseguido explicar las causas subyacentes a estos acontecimientos. Los expertos en política internacional occidentales , tal como suele suceder frecuentemente cuando surgen problemas complicados en los traspatios que alguna vez fueron sus colonias,caen -como siempre- en el error de pretender resumirlo todo en conceptos y números, contabilizando lo que pierden y lo que ganan si se producen los cambios que precisan los sublevados para adoptar posteriores medidas, según mejor convenga a sus particulares intereses. Si resulta imprescindible apoyar al Dictador amenazado por las turbas, pues: ¡Alllá vamos! Pero si ese sinvergüenza nos tiene hasta las narices: ¡Que lo devoren los leones!
En el Mediterráneo Americano sobreviven los hermanos Castro sometiendo a sus adversarios a detenciones,
torturas, encarcelamiento y destierro con el beneplácito de los que consideran que, con la liberación de sus víctimas ya a quedado resuelto el problema y la Isla de Cuba restablece la normalidad, ese statu quo del
que tanto disfrutan nuestros queridísimos empresarios a los cuales, el castrismo, les ha venido como una
bendición del cielo. ¡MALHAYA GADDAFI! Moro de la morería. Moro que en tal signo nace, no debe
decir mentira. Pero benditos sean los hermanos Castro, siempre les haremos el favor de contribuir a la esta-
bilidad social en la Isla ayudándoles a quitarse de encima a los disidentes y acogiendo en nuestros centros
de veraneo a sus héroes -y a los familiares de sus héroes.