Este será, inevitablemente, el remedio
para nuestros males. ¡Nacionalismo a la tercera potencia! Punto
final al racismo, en cualquier dirección, con leyes y sanciones para
los que insistan en tales actitudes. Igualdad de sexos universal.
Reducción, y modernización de unas fuerzas armadas profesionales
sobre una nueva doctrina militar dirigida a la lucha contra el
tráfico der narcóticos, el contrabando en nuestras aguas
jurisdiccionales y el terrorismo en todas sus manifestaciones. Para
ello se comenzará por la recuperación de los antiguos castillos y
fortalezas, bases y cuarteles, y desplazamiento de las unidades
terrestres a los parques nacionales que deben ser y lo serán
las cadenas montañosas y los puestos de mando y refugios
subterráneos que para tiempos de guerra construyó el castrismo; lo
que permitirá decretar la desamortización de las propiedades
(edificios y fincas rurales) que en número desproporcionado han
utilizado estas fuerzas sin otra justificación que el
exhibicionismo. Renovada actividad en las aguas jurisdiccionales y
explotación económica planificada y efectiva de las isletas y cayos
adyacentes velando por el alto valor ecológico de estas extensas
regiones al Norte y Sur de la Isla principal. Reajuste del mapa
político de la República reduciéndolo a solamente ocho provincias
(las seis históricas, más dos provincias marítimas que bien podían
denominarse: Archipiélago del Norte y Archipiélago del Sur)
adjudicando estas dos nuevas jurisdicciones a la autoridad de la
marina de guerra. Prioridad estratégica a las fuerzas aéreas y
navales y versatilidad en sus actividades de las fuerzas de tierra
que deberán estar en disposición de apoyar al gobierno en la
impresionante labor de reconstrucción nacional que tendrá que
emprender.
Desarticulación de los cuerpos de
seguridad de la dictadura excluyendo, de facto, a todos aquellos que
sea menester, retirando a sus mandos y juzgando a los que se tenga
que juzgar y sancionar. Esta
tarea implica la recreación de los
servicios de inteligencia y policía científica, los cuerpos
especiales de lucha contra el crimen organizado y todas aquella
actividades de alto nivel profesional inherentes al servicio.
Reforma educativa y de la sanidad pública abriendo las puertas a la
educación y la asistencia médica privada, estableciéndose por el
Estado los limites que impedirán interferencias perjudiciales al
interés general de la población. Reforma penitenciaria, graduada
en tres grados y re-acondicionamiento de la población penal residual
después de la ejecución de una Amnistía General que pondrá en
libertad -de inmediato- a todos los presos de conciencia y a los
condenados por delitos solamente reconocidos como tales por la
dictadura. Aplicación de la pena máxima -también como parte de
esta reforma- en los casos más graves de asesinato, violación y
abuso a menores, introducción desde el extranjero de drogas y
estupefacientes en el territorio nacional, acciones terroristas, robo
y asalto a mano armada, etc...
Aplicación de un sistema judicial
paralelo: civil y militar, adjudicándose al militar el
enjuiciamiento de los casos más graves y el poder para aplicar la
pena máxima. Ambos supeditados a un Tribunal Supremo en sus dos
vertientes. Re-conducción de las relaciones internacionales
ofreciendo garantías y beneficios a la inversión extranjera sin la
cual sería absolutamente imposible llevar por buen camino la
reconstrucción nacional. La fundación de dos o tres ciudades en
zonas abandonadas por improductivas, la ampliación y puesta a punto
de otras muchas de interés para la industria turística y la
rehabilitación de todas las demás, grandes y pequeñas, no son más
que labores que tendrán que ser incluidas en el programa de
modernización de infraestructuras. En la misma dirección y con el
propósito de agilizar la re-composición del tejido agro-industrial,
todas las tierras productivas para la agricultura y libres de otro
destino de superior interés, tendrán que ser parceladas, tasadas en
su justo valor y subastadas, otorgándose a las gobernaciones
provinciales los derechos sobre la aplicación de estas operaciones
siguiéndose la premisa de que los terrenos calificados para nuevas
urbanizaciones sean, precisamente, los menos apropiados para las
tares agrícolas, y en tal sentido un buen ejemplo podía ser el de
la costa Sur de la provincia de Camagüey, cenagoso y plagado de
insectos, que muy bien podía ser drenado, comunicado por ferrocarril
y carretera, antes de agregarle algún puerto y aeropuerto. Por sus
características naturales esta sería una zona muy adecuada para la
piscicultura de alto rendimiento.
Otra región que puede ser aprovechada
de igual forma es la más occidental de la Isla con la península de
Guanacabibes, muy apropiada para una base aéreo-naval y los extensos
marabuzales que anteceden al poblado Sandino, una zona muy apropiada
para nuevos asentamientos de carácter turístico o destinados a la
población permanente.
Atención especial requieren y
corresponde al Estado asumirla por las provincias del organigrama
castrista Guantánamo y Victoria de las Tunas que transformadas en
municipalidades de la provincia de Oriente deben constituirse
objetivo de inversiones fabriles y programas urbanísticos.
Este adelanto programático que no hace
sino tocar puntos sensibles de nuestra problemática actual lo
ofrecemos a la atención de nuestro pueblo para su lectura y
posterior análisis. El rescate de nuestros intereses nacionales,
empeñados a intereses extranjeros cuando no despreciado por el
castrismo en su inerte hundimiento con carácter definitivo. Una
próxima situación para enfrentar la cual, los nacionalistas, ya
estamos preparados.