Bienvenido al Blog de RAUL SANCHEZ QUINTERO

Quizás uno entre los últimos que, sin esperar hacerse un día profeta, claman en el desierto contra ciertas injusticias interesadamente toleradas por los altos poderes de la sociedad humana. Los profetas que clamaban en el desierto han desaparecido con la aparición de Internet. Ahora los que se cuidan del efecto de las llamaradas de sus palabras son los mismos de siempre, poderosos cazadores en oposición a Yavé, ensoberbecidos por el continuo uso y abuso de "las mieles del poder", cito: los hermanos Castro, Teddy Obiang, el Ogro de Birmania y la dinastía Kim. De manera que, a partir de este punto de encuentro, podré compartir con todos aquellos que así lo deseen, mis inquietudes, opiniones, resentimientos y propuestas. Y así es que me tenéis aquí, en esta hermosa playa africana, junto a mi mascota que es mi familia y junto a este inmenso mar que a todos nos une.




miércoles, 31 de agosto de 2011

DOS CRÍMENES Y UNA INCÓGNITA

El primer crimen relacionado con la secta afrocubana abakuá del que tuve información exacta tuvo por protagonistas: víctima y victimario, a dos personas a las que conocí por dos motivos, el primero el que ambas eran compañeros de trabajo y lo hacían en el Laboratorio Nacional de Investigaciones del Instituto Nacional de Medicina Veterinaria, ubicado en las afueras de la ciudad de La Habana (Arroyo Arenas), la víctima, carpintero en el centro, el victimario, técnico de laboratorio y aficionado al ajedrez, motivo por el cual coincidimos muchas veces en salas y clubes dedicados a la práctica de este deporte.
¿El móvil? Pues supe después de la tragedia que, a una fiesta organizada en el lugar antes citado con motivo de una conmemoración patriótica, el Técnico ( y así llamaré en lo adelante al asesino) se presentó con un acompañante que, posteriormente se supo, no era otro que su "padrino" en un "juego" de la secta abakuá a la que, por lo visto, este hombre pretendía acceder. El carpintero, de apellido Cañizares, al que todos sobrenombrábamos "Cañitas" había sido situado en la puerta para controlar al personal y atender a los visitantes y, al hacerlo con el Técnico se permitió ciertas libertades a las que ambos, parece ser, estaban acostumbrados. Para ser claros y precisos diré que, literalmente, Cañitas le tocó el culo a su amigo en un plan afectuoso que no fue comprendido por el padrino acompañante que, posteriormente, en el secretismo de la secta, exigió de su ahijado el correctivo correspondiente, la expiación de la culpa que no podía hacerse de otro modo que no fuera con sangre. Así que el interpelado se apostó una madrugada frente a la puerta de la casa del que hasta aquel momento había sido un amigo y, tan pronto este salió para tomar el camino que le llevaría al centro de trabajo en el que ambos se ganaban la vida le atacó, sorpresivamente, propinándole varias puñaladas que le costaron la vida.
Alguien me comentó que había llegado todavía con vida al hospital y que, cuando una voz le preguntó si conocía a su agresor, respondió sin odio:
-Un compañero de trabajo.
Desde la perspectiva que proyecta este sucedido, el asesinato en La Habana, de dos sacerdotes católicos españoles de la misma congregación, en un espacio de cinco meses y con la coincidencia de haberse producido en días numerados 13, insinúa la posibilidad muy cierta de ejecución decretada desde una secta violenta -la abakuá o la Regla Conga- a partir de una falta cometida por las víctimas sin previo conocimiento de causa.
En un contexto tan complicado para las actividades religiosas como lo es el creado por el régimen cubano, en el que las congregaciones cristianas están sometidas a un fortísimo control y las religiones afrocubanas gozan de notable tolerancia ( y no hay que olvidar que mucho antes que el Papa Blanco -Juan Pablo II- visitó La Habana el Papa Negro -Olobusso II, Rey de los Yorubas ), este hecho sacaba a la luz el esquema expresado en su formato más violento.
Para más inri, el silencio que suele aplicar la prensa cubana a todo lo que no conviene o perjudica al gobierno saltó esta vez hecho trizas por el impacto de la noticia, la reincidencia del sucedido y el horror que entrañaba en ambos casos.
¿El móvil?
Todo lo que podemos suponer, afectados por la distancia que nos impone el destierro, tenemos que fundamentarlo en lo poco o mucho que han podido averiguar y después publicar los periodistas españoles acreditados en la Isla, tan lejos como ciegos a todas las cuestiones relacionadas con el entramado de los rituales afrocubanos acerca de los cuales algo habrán leído o aprendido para mayor confusión y despiste.
El que los fallecidos se hubieran interesado en las creencias paralelas de la feligresía en el municipio de Regla, ancestral depósito de esclavos y fuertemente impregnado de afrocubanismo ya nos dice algo, porque : ¿Hasta dónde llegaron por ese camino? o, ¿No es posible hubieran superado ya ciertos límites? Si seguimos el testimonio de la prensa española uno de ellos llegó al extremo de dictar conferencias en torno a estos temas. Se ha dicho que proclamaban la coexistencia de las dos vertientes religiosas en un plano de igualdad confesional. Pero : ¿Cuál es al respecto la posición oficial de la Iglesia?
El primer crimen trascendió cuando fue encontrado el cadáver del sacerdote Eduardo de la Fuente Serrano, de 61 años de edad, párroco de la barriada habanera de Lawton en el municipio "10 de Octubre". El cuerpo había sido abandonado en el borde de una carretera comarcal en las afueras de la ciudad, apuñalado, estrangulado y con las manos y los pies quemados. También su automóvil había sido pasto de las llamas.
El segundo asesinato se produjo cinco meses más tarde, otra vez un día 13, esta vez lunes -el anterior lo fue un viernes 13- .
El cadáver del sacerdote cántabro Mariano Arroyo Merino, de 74 años, párroco del Santuario de Nuestra Señora de Regla, apuñalado y quemado, fue encontrado en la mismísima casa parroquial, en una habitación que no era la suya y sobre un colchón quemado.
Según la nota periodística publicada en el diario español "EL MUNDO" con las firmas de A.T. González y D. Pascual : "Arroyo era muy popular en esta localidad, donde desarrolló un intenso trabajo pastoral y se había ganado el respeto popular por sus conocimientos del sincretismo religioso que caracteriza esta zona. Días antes de ser asesinado, el sacerdote español había impartido una conferencia precisamente sobre este tema. Según personas que le conocían, el párroco defendía la necesidad de convivir con religiones como la Yoruba, consciente de que muchos de los feligreses que acudían a su templo lo hacían..."
Arroyo era rector y párroco del Santuario Nacional de Nuestra Señora de Regla desde el año 2004. Hasta esa fecha y durante seis años había sido párroco de Nuestra Señora del Pilar, en La Habana.
En Cuba fue también asesor del Movimiento de Trabajadores Cristianos (!!) y director del Instituto de Ciencias Religiosas Padre Félix Varela.
Aunque para un acertado observador de la realidad cubana esto de: "asesor" del Movimiento de trabajadores Cristianos tiene olor a conflicto de los gordos con las autoridades, la idea de un asesinato por este motivo ( aunque es de sobra conocido el procedimiento de emplear a la delincuencia común como ariete de los servicios secretos del régimen, algo de lo que abundan testimonios fácilmente comprobables) preferimos alejar de nuestra mente semejante idea que, de ser cierta, sería ya lo último que se puede esperar en estos casos. Pero lo cierto es que, sumando tantas cosas, nuestro sacerdote -Arroyo- se estaba haciendo muy incómodo para todo el mundo en ese país.
Vicente Gutiérrez, un misionero que antes de pasar a Tailandia estuvo en Cuba, transmitió a los periodistas la siguiente reflexión:
"La clave, para mí, está en el asesinato de Eduardo. Creo que hay una mano oculta que asesinó a Eduardo. Mariano, por amistad y por un sentimiento de culpa por haberle invitado a quedarse en Cuba, ha debido de estar preguntando e investigando por su cuenta. Esa mano oculta no quería que Mariano regresara a España, por lo que fuera, por alguna idea que tuviera, por si movía algo en España.
"Me inclino más a pensar que la muerte de Mariano ha sido consecuencia de la de Eduardo. La mano oculta puede ser algún tipo de maffia o de oligarca del lugar, con buenas conexiones para que no salga a la luz lo que pasó. Por eso ahora me preocupa la seguridad de Isidro -se refiere a Isidro Hoyos, el único sobreviviente de este pequeño grupo de tres curas-obreros- ..."
Por "maffia", un cubanólogo experimentado entendería secta afrocubana y, por oligarca : servicios secretos del régimen. Se impone matizar que, un cura católico que se mueve de semejante manera entre la gente, que adopta las restricciones alimenticias de la población a la que sirve, que se acerca con curiosidad intelectual a los ritos de origen africano que llega a conocer con cierta profundidad y que, paralelamente, se brinda como "asesor" a un Movimiento Cristiano de Trabajadores ("Remember Solidaridad") ha colmado el vaso hasta la última gota. Su eliminación física pudo haber sido perfectamente asumida en una reunión de "segurosos" y la forma de hacerlo tenía que representar perfectamente un acto delictivo, atribuíble a un sinvergüenza, pero, en ningún caso, a responsabilizar al régimen.
Está claro que todo lo anteriormente dicho no es más que puras conjeturas. Pero el caso sigue abierto porque nada se ha publicado con posterioridad a la supuesta detención del culpable (o culpables). Si lo hiciera, el régimen dejaría cerrado el caso y alejaría las sospechas que se ciernen sobre su actuación.






( Fotos publicadas por el periódico "EL MUNDO" )