Bienvenido al Blog de RAUL SANCHEZ QUINTERO

Quizás uno entre los últimos que, sin esperar hacerse un día profeta, claman en el desierto contra ciertas injusticias interesadamente toleradas por los altos poderes de la sociedad humana. Los profetas que clamaban en el desierto han desaparecido con la aparición de Internet. Ahora los que se cuidan del efecto de las llamaradas de sus palabras son los mismos de siempre, poderosos cazadores en oposición a Yavé, ensoberbecidos por el continuo uso y abuso de "las mieles del poder", cito: los hermanos Castro, Teddy Obiang, el Ogro de Birmania y la dinastía Kim. De manera que, a partir de este punto de encuentro, podré compartir con todos aquellos que así lo deseen, mis inquietudes, opiniones, resentimientos y propuestas. Y así es que me tenéis aquí, en esta hermosa playa africana, junto a mi mascota que es mi familia y junto a este inmenso mar que a todos nos une.




viernes, 30 de marzo de 2012

Un "Yanqui" en las azules aguas de "Yemaya" (II)

No es como para asombrarse. Desde siempre Finca Vigía había sido un centro de reuniones donde los refugiados españoles se sentían muy a gusto. Y es evidente que, a través de ellos, el escritor recibía información pormenorizada acerca del acontecer político cubano y del comportamiento de las "fuerzas vivas".

Los primeros años de la postguerra no habían alejado todavía el eco del redoble de tambores y las andanzas antisubmarinas de Hemingway -que un día provocaron la hilaridad de los agregados militares de la embajada de su país en La Habana- seguían comentándose en aquellas tertulias.

Los invitados le hacían la pelotilla y el anfitrión, muy complacido en su vanidad, desarrollaba ante ellos, entre jaibol y jaibol, otros planes descabellados para batallas imposibles.

Pero la tormenta estalló cuando Trujillo amenazó con denunciar a Cuba ante el Tribunal Internacional y la prensa cubana se hizo eco de la noticia.

En su edición del día 17 de octubre de 1947, la primera plana del "DIARIO DE LA MARINA" dedicaba cuatro párrafos a reseñar la noticia y otros cinco, a continuación, para referir la presumible participación del escritor norteamericano.

Esta vez, Hemingway, tuvo que huir, dado el tremendo peso que tenía la acusación. Pero es también un error generalizado atribuir aquella operación a una simple maniobra populista del gobierno Auténtico, propuesta por José Manuel Alemán, ministro de educación y aprobada por el Jefe del ejecutivo.

En realidad se trataba de un fabuloso negocio de venta de armas, excedentes en el arsenal norteamericano después de la guerra. Negociación urdida por espabilados especuladores en complicidad con Alemán y la oficialidad al mando del cuerpo expedicionario.

Así que para amenazar a Trujillo, adquirieron armas los organizadores de la invasión con dinero obtenido de los gobiernos antes mencionados. Para defenderse de la agresión, "Chapitas", -que era así como apodaban en Cuba y Santo Domingo a Trujillo- adquirió también armas.

De alguna manera los promotores del incidente consiguieron que el proveedor de ambas partes fuera el mismo. El negocio cerró con ganancias substanciales. Y los políticos de turno rentabilizaron el suceso, que la prensa expuso con todos sus detalles. Tras lo cual, el ejército cubano recibió órdenes de intervenir y desarticular la operación.

Cuatro meses más tarde, cuando la efervescencia de los hechos relacionados con la expedición frustrada por las autoridades en Cayo Confites iban quedando en el olvido que sucede al silencio de la prensa, el asesinato a sangre fría de un hombre del gobierno estremeció a los habaneros.

Manolo Castro del Campo, que se había distinguido como activista político mientras hacía ingeniería en la Universidad de La Habana y ostentó los cargos de Presidente de la Asociación de Estudiantes, así como de la Federación Estudiantil Universitaria, y a la sazón desempeñaba el cargo de Director Nacional de Deportes, fue muerto por una ráfaga de ametralladora a la salida del cine del que era copropietario, "EL CINECITO", situado en la céntrica esquina que hacen las calles San Rafael y Consulado.

Sus asesinos escaparon y nunca fueron identificados, aunque se cursó una investigación y se detuvo a unas veinte personas.





(Continuará) 

miércoles, 28 de marzo de 2012

Un "Yanqui" en las azules aguas de "Yemaya"

Cuando cayó la dictadura del general Machado, Ernest Hemingway se hospedaba en el hotel "Ambos Mundos", situado en el mismísimo centro de La Habana Vieja y dedicaba las mañanas a la pesca de agujas al curricán a bordo de "Anita", embarcación maniobrable y veloz cuyo propietario y capitán, Joe Russell, se había lucrado con el contrabando de licores durante los años de la Prohibición.

A este bucanero lo conoció Ernest en Dry Tortuga -lugar de leyenda del filibusterismo- y con él a Carlos Gutiérrez, el mejor pescador de peces de pico en el archipiélago cubano.

Con estos dos hombres compartió muchas jornadas aquel otoño y muchos desayunos y almuerzos. La exhuberancia cubana había cautivado al escritor: "Por quince centavos se pueden comprar aguacates para dar de comer a cinco personas" escribía, antes de comentar que los mercados de La Habana aquel año, en un período de tiempo de dos meses y medio, vendieron once mil piezas pequeñas y ciento cincuenta grandes.

Resulta muy significativo, sin embargo, que la agitación que sacudía la ciudad en aquellos momentos no le impulsara a escribir algo al respecto y eligiera la temática de la pesca deportiva para iniciar su segundo ciclo periodístico. Aunque sus trabajos posteriores demostraron nada había escapado a su "ojo avizor" y que simplemente se había dedicado a colectar datos para enriquecer su archivo.

Cien días después los tanques de Batista rodearon el Palacio Presidencial y enviaron al exilio a Don Ramón Grau San Martín que había sido elegido por consenso. Pero ya nuestro hombre no estaba en La Habana, a la que regresó dos años más tarde trayéndose otras notas y otras vivencias para trabajar -en la misma habitación del mismo hotel- en una extensa historia que titularía: "FOR WHOM THE BELLS TOLLS" ( "Por quién doblan las campanas")

La idea de alquilar la casa fue de Martha Gellhorn. El barco "cayó en latitud" desde Cayo Hueso. Lo peor llegó cuando Martha se aburrió de todo aquello mientras Ernest se encaprichaba con el país. No tardaron en tomar caminos diferentes. La finca entonces se pobló de criados, gatos, perros y gallos de pelea y Mary Welsh -que sucedió en el trono a Martha Gellhorn- estandarizó la situación con su paciencia china. Así fue como Ernest conservó su devoción por Cuba y, entre viaje y viaje, superó en el tiempo la primera dictadura de Batista, su paréntesis institucional, los dos gobiernos Auténticos y el segundo golpe de estado del Tirano.

En un incidente para él desagradable, uno de sus perros favoritos perdió la vida a manos de un policía que entró en la finca detrás de un prófugo. Por este y otros mil motivos si La Habana siempre le gustó, Batista no, como tampoco le gustó que algunos escritores cubanos, a raíz del premio que le concedió la Academia Sueca, se presentaran en su casa sin previo aviso.

La feliz noticia de haber sido galardonado con el Nobel la recibió junto a Mary Welsh en su casa habanera luciendo una guayabera blanca. El detalle de un gesto dirigido a sus anfitriones de la Isla, que muchos años después sería imitado por el escritor colombiano Gabriel García Márquez fijando una cierta autenticidad caribeña.

La medalla del premio la puso a los pies de la imagen de la Santísima Virgen de la Caridad del Cobre y donó sus ganancias por la traducción que hizo Lino Novás Calvo para la revista BOHEMIA, de su obra "El Viejo y el Mar" - cinco mil pesos- al leprosario de El Rincón, consagrado a San Lázaro y lugar de peregrinación para centenares de miles de cubanos todos los años.

Los pescadores de Cojímar, su base de operaciones pesqueras en la costa Este de La Habana, le correspondieron con una medalla conmemorativa por la publicación de la novela.

Durante el segundo gobierno de Don Ramón Grau San Martín, Hemingway fue acusado de colaboración con el movimiento revolucionario que organizaba una expedición armada a la vecina isla de Santo Domingo para intentar derrocar al dictador Rafael Leónidas Trujillo.

La operación estaba financiada por los gobiernos democráticamente elegidos de Venezuela, Guatemala y Cuba y el reclutamiento de la tropa corría por cuenta de las organizaciones revolucionarias cubanas que involucraban a los veteranos de la guerra civil española y segunda guerra mundial.

¿Cómo fue reclutado Hemingway?




(Continuará)

                      

martes, 27 de marzo de 2012

Los caminos del Demonio son...

Los caminos del Señor son inescrutables , pero los del Demonio, se perciben a simple vista.  El Saco de Roma fue obra de los soldados de Carlos I, Campeón de la Contrareforma. Santa Juana de Arco terminó sus días en la hoguera, acusada de brujerías, antes de ser elevada a los altares. ¿Y este Ratzinger ?  Jefe de la Inquisición, ultra entre los ultras del conservadurismo romano, de visita        extraoficial en la Cuba de los Hnos. Castro. ¿Es que a esto dedica el tiempo libre ?
Se ha negado a recibir a las Damas de Blanco y no ha tenido contacto alguno con la disidencia  mientras un centenar de cubanos daba con sus huesos en las cárceles; pero lo hará con los familiares  de los dos principales asesinos en libertad que habitan este planeta. ¿Cuál es la reflexión que corresponde?  Nuestra independencia nacional fue obra de la masonería. Nuestras  banderas son masónicas. Nuestros próceres , todos, creyentes y no creyentes, estaban, por regla general, afiliados  a la Gran Logia o alguna otra fraternidad. Y, ante este panorama, ¿qué podemos decir?
Pues que, es tal la repugnancia que provoca este pueblo prostituido con sus gobernantes envilecidos y sus espectáculos abominables que lo mejor  parece ser ignorarlo por completo.  Me pregunto si también Nuestro Señor Jesucristo se hubiera negado a recibir y bendecir a los sufridos disidentes cubanos como acaba de hacerlo su Vicario en la Tierra. ¿O es que estamos ante otra travesura del Demonio?               

martes, 13 de marzo de 2012

Dualismo Medieval en la Cuba de los Castro

Fallece otro cubano en una huelga de hambre y se anuncia queda, de facto, autorizada la venta de casas.  Es exhumado el cadáver de Mariana Grajales y aparece incorrupto.  Hugo Chávez se muere en su poltrona presidencial culpando de todo al Imperio y un nuevo video nos presenta a un Fidel Castro rejuvenecido y esto nos trae a colación  aquella declaración del presidente norteamericano George W. Bush de que, los EEUU, no admitirian más castrismo en Cuba sin Fidel Castro. 
Con todos estos elementos es que debemos reflexionar acerca del inmediato futuro de nuestro país.  En primer término, un colapso del chavismo en Venezuela choquearia la frágil economía cubana.  Se impone, por consiguiente, garantizar de alguna manera el control sobre la población procurando con hábil cosmética que todos parezcan estar tan contentos como felices con lo que les sucede.  De la madre de los Maceo no hay que decir que todo esto  se presta a una monumental manipulación en la que tomarán posiciones destacadas los santeros, espiritistas y secretarios generales del partido en las provincias.  Se trata, en definitiva, de satisfacer los placeres de la carne y del espíritu de los cubanos.