Bienvenido al Blog de RAUL SANCHEZ QUINTERO

Quizás uno entre los últimos que, sin esperar hacerse un día profeta, claman en el desierto contra ciertas injusticias interesadamente toleradas por los altos poderes de la sociedad humana. Los profetas que clamaban en el desierto han desaparecido con la aparición de Internet. Ahora los que se cuidan del efecto de las llamaradas de sus palabras son los mismos de siempre, poderosos cazadores en oposición a Yavé, ensoberbecidos por el continuo uso y abuso de "las mieles del poder", cito: los hermanos Castro, Teddy Obiang, el Ogro de Birmania y la dinastía Kim. De manera que, a partir de este punto de encuentro, podré compartir con todos aquellos que así lo deseen, mis inquietudes, opiniones, resentimientos y propuestas. Y así es que me tenéis aquí, en esta hermosa playa africana, junto a mi mascota que es mi familia y junto a este inmenso mar que a todos nos une.




domingo, 8 de julio de 2012

Los Mutantes


Viven apresados en la insatisfacción perpetua de haber nacido en un país que muy pocas cosas les ofrece. Sueñan -por consiguiente- un cambio que revalorice sus mediocres existencias y es así como aparece la idea de adquirir una nueva nacionalidad. Una cualquiera; aunque sean preferibles la estadounidense y la española. A partir de allí es que la cosa cambia porque, como nunca se pierde la nacionalidad de la desgracia ya se puede pensar en otros términos y presumir ante aquellos pobres miserables a los que se ha dejado atrás. Son los mutantes, malformación congénita a la que ha dado lugar la endogamia del “hombre nuevo”, guevarista y ateo.

Viven para viajar, traficar y presumir de pasaporte extranjero, No le pregunte usted nada acerca de la historia de la tierra que le ve nacer y, mucho menos, acerca de la historia del país que ha conquistado, pues aunque suelen exhibir títulos de doctores no son más que analfabetos funcionales cegados por la vanidad y la desvergüenza. No tienen dignidad, por la sencilla razón de que nacieron sin ella. Pero conscientes de su pecado, desatan todos sus odios contra aquellos que viviendo el destierro en verdadero ejercicio de patriotismo se niegan a entrar en sus rejuegos de personal despreciable y mal nacido. ¡Nadie podrá matar jamás los ideales de Cuba Libre! A todos los traidores, ¡a todos!, que son muchos y diferentes se les ajustarán las cuentas el día de la redención.

No motivan estas palabras resentimientos y fatuas consideraciones, se trata, simplemente, de una observación de rigor ante el panorama que se regala ante nuestros ojos: ancianos cubanos, hijos de españoles que reclaman a la patria de sus padres lo que la suya propia, después de una larga vida de trabajo y sacrificios es incapaz de darles; pero !Eso sí¡ de robarles, utilizando mil artilugios, trampas y mordiscos. Jóvenes que desposan al primero en llegar con el único propósito de abandonar esa tierra desgraciada. No hablemos de aquellos que perdieron la v ida en el mar y de aquellos otros -infelices negros sin familiares en el extranjero- que fueron fusilados por robar una pequeña embarcación. Todo se junta, todo se mezcla y produce esta indignación suprema que puede un buen día tal vez muy próximo producir el revulsivo definitivo y dar al traste con este régimen de oprobio que en cadenas mantiene sumidos a los hombres y mujeres de su pueblo.

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