Bienvenido al Blog de RAUL SANCHEZ QUINTERO

Quizás uno entre los últimos que, sin esperar hacerse un día profeta, claman en el desierto contra ciertas injusticias interesadamente toleradas por los altos poderes de la sociedad humana. Los profetas que clamaban en el desierto han desaparecido con la aparición de Internet. Ahora los que se cuidan del efecto de las llamaradas de sus palabras son los mismos de siempre, poderosos cazadores en oposición a Yavé, ensoberbecidos por el continuo uso y abuso de "las mieles del poder", cito: los hermanos Castro, Teddy Obiang, el Ogro de Birmania y la dinastía Kim. De manera que, a partir de este punto de encuentro, podré compartir con todos aquellos que así lo deseen, mis inquietudes, opiniones, resentimientos y propuestas. Y así es que me tenéis aquí, en esta hermosa playa africana, junto a mi mascota que es mi familia y junto a este inmenso mar que a todos nos une.




jueves, 3 de enero de 2013

¡ AQUI EL QUE MANDA ES BULÉ !


Con y sin comunismo; capitalismo si desean así llamarlo; engendro diabólico si les parece mejor, los Castro mantienen a la nación cubana sometida a la santísima paz de la detención de disidentes, palo y piedra al que se atreva a públicamente manifestarse en contra del gobierno y oportunidades para viajar al extranjero para todos aquellos ciudadanos de la ¿República? que se porten bien y cumplan con sus deberes.

De un día para otro, las cosas han cambiado mucho en Cuba. Han reaparecido la propiedad privada, el empresariado autónomo, algún que otro pequeño propietario agrícola y, consecuentemente, una fiscalización en toda regla de todo lo anteriormente mencionado. La gente puede viajar, según se dice, pero continúan siendo ellos -los Castro- los que deciden quienes. Y todos pueden soñar con el hogar de sus sueños.

Como es lógico suponer, las cabezas pensantes de la Vieja Europa -no tan vieja como China, la India y Persia, pero mucho más presumida- ocupadas como siempre en esquilmar hasta el último penique a sus súbditos y reducir a la obediciencia a los extranjeros que osan pisar su venerable suelo, han aplaudido las medidas adoptadas por el castrismo, considerándolas pasos de avance hacia no se sabe dónde -me pregunto estupefacto-. Y los Castro, que son sabios como lo es el Diablo, amplían sus reformas copiando lo peor que en materia de leyes y normas legales rigen o se legislan por aquellos lares. (Así le han venido encima a los extranjeros y cubanos con doble nacionalidad que residen en la Isla).

¿Qué es lo que queda del comunismo en Cuba? Aquel fabuloso proyecto político tan defendido por los socialdemocratas europeos: ¿Dónde está? ¿Adónde fue?

Para dar respuesta a esa pregunta y justificar lo injustificable, los Castro continúan cavando refugios antiatómicos, construyendo hospitales subterráneos y enterrando centenares de miles de fusiles y parte del cementerio de armas de la última Guerra Mundial con el que la extinta Unión Soviética se empeñó en garantizar la supervivencia del régimen. Se trata de un proyecto faraónico que ha absorbido durante décadas los esfuerzos de miles de trabajadores de la construcción y todo el material: cemento, arena, acero y madera disponibles, sin preocupándose los Castro por todo cuanto concernía a infraestructuras y programas de construcción de viviendas sociales en la magnitud que lo requería el crecimiento poblacional. El mismo enfoque con el que se tratró el abastecimiento de alimentos a la población y de artículos de primera necesidad. ¡Esto es lo que queda de comunismo en Cuba! Y, ¡claro está!, los Castro, esa familia de superdotados que nos regaló la madre naturaleza a los cubanos para que aprendiéramos, en una sola lección de la historia, todo aquello que las más antiguas naciones del planeta han necesitado aprender con muchas y con muchos siglos e incluso milenios de convivencia social.

Nuestros avances, ¡sin lugar a dudas!, han sido notables.

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