Bienvenido al Blog de RAUL SANCHEZ QUINTERO

Quizás uno entre los últimos que, sin esperar hacerse un día profeta, claman en el desierto contra ciertas injusticias interesadamente toleradas por los altos poderes de la sociedad humana. Los profetas que clamaban en el desierto han desaparecido con la aparición de Internet. Ahora los que se cuidan del efecto de las llamaradas de sus palabras son los mismos de siempre, poderosos cazadores en oposición a Yavé, ensoberbecidos por el continuo uso y abuso de "las mieles del poder", cito: los hermanos Castro, Teddy Obiang, el Ogro de Birmania y la dinastía Kim. De manera que, a partir de este punto de encuentro, podré compartir con todos aquellos que así lo deseen, mis inquietudes, opiniones, resentimientos y propuestas. Y así es que me tenéis aquí, en esta hermosa playa africana, junto a mi mascota que es mi familia y junto a este inmenso mar que a todos nos une.




jueves, 18 de diciembre de 2014

Reflexiones en el Año Nuevo

CUBA. El castrismo ha agotado su espacio ideológico. Ahora lo reemplaza en Venezuela cautivando a una nueva masa de ingenuos y aprovechando la coyuntura favorable para cebarse expoliando al país vecino. Los venezolanos asisten a este despropósito de intercambio comercial a partir de una ideología supuestamente compartida que genera a su vez un enfoque común en materia de política internacional. Sobre estos presupuestos se elige a los amigos y se elimina cuando no se increpa a los supuestos enemigos. Y así están las cosas y así de bien es que vive la gente. Porque lo que de verdad importa es que se mantengan así las cosas y la clase dirigente continúe viviendo como está viviendo.

Al día de hoy venirle con el cuento del materialismo dialéctico a un cubano es mentarle la madre. Ni los hijos de los dirigentes políticos más altos o más bajos le "pasan el bate" a semejante bola; porque, hoy por hoy, lo del gobierno es "al descaro", en contra de la voluntad de todo el pueblo y sólo sostenido por la fuerza de las armas y de la represión instantánea a cualquier manifestación pública de descontento. Eso es lo único que queda de la tan apologetizada revolución cubana -así con minúsculas- desnuda de sus adornos exteriores: coacción y coerción, desastre económico, hambre, miseria y una fijación política que niega y sólo acepta reconocerlo si antes se culpa como es debido a este Imperialismo Yanqui que bloquea, embarga y sólo nos vende si pagamos cash.

Para castigarlos por sus fechorías -a los yanquis, se entiende- hemos decidido enviarles cien mil cubanitos cada año que, como es lógico, dejarán detrás un múltiplo de personas en la Isla esperanzadas con las remesas que recibirán muy pronto. Mientras que a ellas tocará el muy poco romántico regreso a los tiempos de las plantaciones, ¡no como esclavos!, claro; pero sí como obreros del siglo XIX sometidos a jornadas de trabajo sin límites y salarios ínfimos que se cobran -no con sal- sino con "chavitos" -bonos- así como se hacía en las fincas de Angel Castro Argiz antes de que su esperma echara al mundo a estos dos críos que hicieron una finca de todo el país y reprodujeron los métodos administrativos del progenitor. Porque los bonos, los chavitos, los pesos convertibles o como quiera llamárseles -que es lo mismo- sólo tienen valor en la tienda del dueño, una historia que parte del token azucarero que diría don Manuel Moreno Fraginals.

En resumen, que no hay nada nuevo bajo el sol, que la marcha atrás en el espacio y en el tiempo es firme y definitiva. Otros sesenta años y habrán recuperado los cubanos su identidad primigenia, vestirán taparrabos y se alimentarán con casabe y jutías asadas -si es que para entonces se conserva algo de la fauna endémica-. Pero siempre les quedará la esperanza -oteando al mar y escudriñando cada atardecer el horizonte- de que regrese, Kukulcán o Quetzalcoalth o Viracocha -que eran, sin dudas, el mismo- cuyas naves no confundirían esta vez con galeones españoles.

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