Bienvenido al Blog de RAUL SANCHEZ QUINTERO

Quizás uno entre los últimos que, sin esperar hacerse un día profeta, claman en el desierto contra ciertas injusticias interesadamente toleradas por los altos poderes de la sociedad humana. Los profetas que clamaban en el desierto han desaparecido con la aparición de Internet. Ahora los que se cuidan del efecto de las llamaradas de sus palabras son los mismos de siempre, poderosos cazadores en oposición a Yavé, ensoberbecidos por el continuo uso y abuso de "las mieles del poder", cito: los hermanos Castro, Teddy Obiang, el Ogro de Birmania y la dinastía Kim. De manera que, a partir de este punto de encuentro, podré compartir con todos aquellos que así lo deseen, mis inquietudes, opiniones, resentimientos y propuestas. Y así es que me tenéis aquí, en esta hermosa playa africana, junto a mi mascota que es mi familia y junto a este inmenso mar que a todos nos une.




miércoles, 2 de octubre de 2013

INTEPRETANDO LOS ISMOS....

Castrismo y Chavismo se venden como novedades ideológicas en un tiempo en el que las ideologías occidentales se han agotado en la praxis después de dos milenios y a partir del cristianismo y en orden sucesivo el socialismo, el fascismo, el nacionalsocialismo y el comunismo. Al día de hoy no se puede engañar a nadie. Y sólo ofreciendo beneficios a corto plazo y en este mundo, es que se puede atrapar a la gente para posteriormente hacer uso de ella a voluntad. Es así como el castrismo y el chavismo se constituyen un único fenómeno de esta naturaleza y, consecuentemente, los procedimientos que han empleado para hacerse con el poder y conservarlo a perpetuidad resultan idénticos. .

Si se observa el detalle con atención, los ismos, ¡todos!, han compartido un enemigo común a lo largo de la historia: La Declaración de Derechos del Hombre. A esta realidad no puede escapar ninguno porque, los ismos, llevan todos implícito un carácter sectario sin el cual no podrían existir y que, ¡curiosa paradoja!, se constituye el germen de su auto-destrucción.

Plagado de vicios y de errores, pero fundamentado sobre el derecho de gentes, el sistema democrático moderno, que emergió con la Ilustración de la destrucción del Antiguo Régimen (monarquía y cristianismo combinados) quedó desde entonces indisolublemente ligado al desarrollo de las fuerzas sociales y, por consiguiente, ha debido enfrentase a todos los ismos habidos y por haber, sin que se cuente un sólo caso en el que no haya triunfado, al principio o al final. De lo cual se deduce la vida de un ismo será más corta o más larga en relación directa con su capacidad para oponerse al sentido común en una de sus más claras aplicaciones: el ideario
democrático.

¿Cómo explicar entonces el ascenso de movimientos como el castrismo y el chavimo? Pues, simple y llanamente remitiéndonos a la historia de América a partir de los tiempos modernos, sin dejar fuera de su sitio la implantación en la super-estructura de los pueblos centro y sudamericanos de las antiguas culturas pre-columbinas.

Y: ¿cuales respuestas nos da la historia? Pues una única respuesta encerrada en una sola palabra: “oligarquía”. Un ente social pernicioso heredado de la antigüedad y la Edad Media europea trasplantado al Nuevo Mundo por españoles y portugueses. La semilla de un mal que prendió, floreció y fructificó en estas tierras generando muchas y diversas variedades: colonial, independentista, servil en la independencia a intereses foráneos y ahora “revolucionaria”, según se auto-proclaman los nuevos oligarcas cuando consiguen hacer trizas de la oligarquía tradicional para
montarse una nueva sobre la plataforma de una novedosa ideología matizada de exotismo:
“Revolución Cubana”. “Socialismo del Siglo XXI”. “Alianza Bolivariana de las Américas”.

En la praxis esto funciona de la siguiente manera: se encumbra a los militares, se encumbra a los funcionarios de lo cuerpos de seguridad; se sanea el ambiente desplazando a los inconformes y se
va situando, progresivamente, a los descamisados en las posiciones importantes. Se exigen pruebas
de fidelidad a la causa a cada instante y se castigan los errores con severidad. Vista gorda para las infracciones cometidas por los nuestros; pero exigencia extrema para los opositores. El presupuesto nacional queda supeditado a las actividades políticas del gobierno. Se exporta todo lo que se puede exportar sin precaución ni prevención alguna acerca de lo que pueda suceder en el futuro, porque es garantizar el futuro -el nuestro- lo que pretendemos.

Y es, por todo esto, por lo que nos hemos inventado un ismo!

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