Llevo treinta y cinco años
viajando y viviendo el planeta. Abandoné mi país natal, con
carácter definitivo hace un cuarto de siglo, después de muchos
viajes. Tiempo suficiente para acumular todo tipo de experiencias:
excelentes, buenos y malos amigos; gente hipócrita, que siempre la
hay. Amores de un día y de varios años. Gente mezquina y triste y
personas alegres y generosas. Buenos y malos momentos, afortunados
y desafortunados. Pero nunca me he desvinculado del contexto social
en el que me encuentro y, viviendo con la gente los problemas de la
gente, siempre me he identificado con ella, allí donde me he
encontrado para la ocasión.
He convivido con africanos,
con centro y sudamericanos, con anglosajones del norte de América y
con francófonos, anglófonos y mandarínofonos. Me educaron en la
Cuba de mi enfancia sin prejuicios raciales a pesar de que había
mucho racismo en aquella sciedad. Tuve amigos chinos, negros,
árabes y criollitos, hijos del gallego de cada esquina. Y esta
experiencia iniciática ha marcado toda mi vida.
Pero los últimos diez y
seis años son los años de mi perro. Único en su comportamiento
para conmigo y fiel reflejo de su especie en su grado más puro. Me
acompañó durante estos años que han resultado los más duros de mi
vida por las limitaciones que para actuar en, mi propia defensa me ha
ido imponieno la naturaleza. Vino a mí y convivió conmigo los
años de bonanza y ha sido mi paño de lágrimas durante los momentos
más difíciles. Los comprendía y me consolaba con sus gestos y
carantoñas casi humanas como un ser dotado de una especial
sensibilídad.
Se puso malito y yo no
permití que sufriera. Se fue este pasado día de Todos los Santos
como fijando una fecha para que yo le recordara. Y yo: ¡No le
olvidaré jamás!
Raul, el perrito ese tuyo, Roke, si existe el Cielo, va al cielo de cabeza. Era un perrito amigo de todo el mundo. No le recordarás tu solo. Yo tambien lo echaré mucho de menos. Me duele en el alma que se haya ido. Son seres que ya quisieramos los humanos parecernos en sus cualidades, cariñosos, fieles y una compañia como nadie. Le gustaba viajar en coche, queria hacer amistad con todos, aunque fueran Pitbull. Tambien queria ser amigo de los gatos, recuerdo que queria ser amigo de Max, mi gato, cuando iba o estuvo unos dias viviendo en casa. En fin Raul, a ese Roke lo vas a echar mucho de menos, pero no solo tú.
ResponderEliminarun abrazo
paco roque