Mientra la América Inglesa (Canadá y
los EEUU) y la América Portuguesa (Brasil) marcan pautas a nivel
mundial por los caminos del progreso y las realizaciones sociales, la
América Española (el resto de la Tierra Firme y lo más importante
del Caribe insular) continúa debatiéndose en la impotencia, regida
por gobernantes y regímenes esperpénticos, enfermos de avaricia y
enviciados en los deleite que proporcionan las mieles del poder -que
es así como se ha referido Fidel Castro al chollo en el que andan
los hermanos desde hace seis décadas-.
En sustitución a las dictaduras al
viejo estilo, repudiadas y condenadas por todo el mundo, la puesta en
práctica de novedosos procedimientos re-electorales ha creado un
híbrido que resulta un nuevo formato de “dictablanda a la carta”
que se sirve así como la pidan los electores, sin que puedan, no
obstante, ocultarse las orejas al lobo. En cuanto a seriedad:
Ninguna. Más próxima queda esta comparsa a una bacanal, que a la
democracia en funciones en sociedades medianamente civilizadas.
Aunque no todo es un desastre y en el
fondo de la Caja de Pandora nos encontramos ante las esperanzas que
representan las administraciones de Chile y Uruguay, el pragmatismo
del ya por tres veces presidente ecuatoriano Rafael Correa en un buen
momento para la economía de su país, la modernización urbanística
y el regreso de la seguridad ciudadana de Panamá y la siempre
agraciada imagen de Costa Rica -repúblicas todas ellas situadas en
el rango de las más pequeñas a nivel continental- el lamentable
espectáculo que nos ofrecen las grandes parece más que nada
consecuencias de un mal irremediable.
No voy a hablar de Méjico, porque lo
que allí sucede está tan lejos de lo que desearíamos sucediera que
es mejor esconder la cabeza como lo hace el avestruz ante semejante
visión del Anáhuac. Méjico podía y debía ser nuestro campeón,
contando con su extensión territorial, su nutrida población y la
variedad y riqueza de sus recursos naturales; pero allí está, tan
lejos de Dios como próximo a los EEUU. En lo que respecta a sus
vecinos: Guatemala, Honduras, Nicaragua y Salvador, si antes se
pasaba hambre en todos ellos, gobernando los fascistas, ahora se
sigue pasando hambre gobernando los demócratas y los progresistas.
Y no cambia nada. Y seguimos, Colombia proyecta mucho; pero mejora
poco. Se siguen matando igual que siempre los colombianos que
parece ser han arrastrado de alguna manera a sus vecinos venezolanos
en cuya capital, Caracas, se cometen cincuenta asesinatos cada día
mientras las autoridades chavistas, en sus afanes por aupar al
populacho para después enfrentarlo a la clase media y la pequeña y
alta burguesía, miran para otra parte, quizás siguiendo las
instrucciones de sus tramoyistas habaneros colocados in situ por los
hermano Castro con el beneplácito de Nicolás Maduro.
Argentina ha sido siempre una nación
grandiosa y desgraciada. Parece ser lo sigue siendo, aún ahora
cuando se le presenta una oportunidad única con la fantástica
demanda de productos agropecuarios que plantean China, las
economías asiáticas emergentes, Rusia y los países árabes. Del
infeliz Paraguay: ¿Qué decir? El último experimento paraguayo
fue nombrar jefe de gobierno a un obispo católico. Por una vez en
esta vida el cura no salió pederasta; pero recibió en cambio el
nombramiento de:”semental nacional”, porque le salieron hijos
naturales hasta de debajo de las piedras. Perú es de hecho una
potencia que no acaba de encontrar su amino. Con Humala ha
conseguido una notable estabilidad derivada, sin lugar a dudas, de
la sana influencia que dejó detrás de sí el período brasileño
del presidente Lula da Silva. En sus inicios como candidato a la
jefatura del gobierno Humala había coqueteado con Hugo Chávez y,
probablemente por eso, no consiguió triunfar en su primer intento;
pero la sociedad peruana exigía a gritos un cambio radical, el APRA,
definitivamente agotado, nada pudo hacer en contra suya y la hija
de Fujimori fue incapaz de superarle. Sin embargo, poco se divulga
acerca de lo que hace o deja de hacer en materia de servicios
sociales, algo de primera importancia porque beneficiaría a un
amplio sector de población.
Ante el panorama general sólo me queda
modificar los versos de sor Juana Inés de la Cruz:
“ Hombres necios que acusáis a políticos sin razón
¿No veis que sois la razón de lo mismo que acusáis?.”
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