Bienvenido al Blog de RAUL SANCHEZ QUINTERO

Quizás uno entre los últimos que, sin esperar hacerse un día profeta, claman en el desierto contra ciertas injusticias interesadamente toleradas por los altos poderes de la sociedad humana. Los profetas que clamaban en el desierto han desaparecido con la aparición de Internet. Ahora los que se cuidan del efecto de las llamaradas de sus palabras son los mismos de siempre, poderosos cazadores en oposición a Yavé, ensoberbecidos por el continuo uso y abuso de "las mieles del poder", cito: los hermanos Castro, Teddy Obiang, el Ogro de Birmania y la dinastía Kim. De manera que, a partir de este punto de encuentro, podré compartir con todos aquellos que así lo deseen, mis inquietudes, opiniones, resentimientos y propuestas. Y así es que me tenéis aquí, en esta hermosa playa africana, junto a mi mascota que es mi familia y junto a este inmenso mar que a todos nos une.




domingo, 23 de junio de 2013

¡CAYO ALBERTO!

Ha caído Alberto. Aquel Alberto Rodríguez López al que una vez, con buen criterio, consideramos el número uno en la línea de sucesión al trono de Cuba. “El Deseado”, igual que una vez lo fue Fernando VII en la España sometida al yugo napoleónico.

Pero: ¿Por cuales razones? ¿Acaso tuvo el coraje de discrepar a su suegro y al tío de su mujer?
No tenemos ni tendremos respuesta oficial a esta pregunta; pero la gente habla, el cuerpo diplomático extranjero acreditado en la Isla paga muy bien las confidencias y los traidores, dentro del entramado tejido y entretejido por la Seguridad del Estado, esperan pacientemente por su oportunidad para hacer fortuna por cuenta de algún chisme suculento.

Y chismes son los que trascienden y ruedan como bolas desde las alcobas de los encumbrados a las calles de la ciudad capital y desde estas por aire, mar y tierra al resto del archipiélago. Y: ¿Qué es lo que nos cuentan las bolas? Pues nos hablan de violencia doméstica, amoríos extra-conyugales en el estilo de don Pedro I de Brasil, de borracheras de campeonato y de un comportamiento inadmisible en un futuro príncipe consorte para una reina criolla de tan ilustre prosapia.

En mi modesta opinión, el fracaso de Alberto se ha producido como consecuencias de su incontinencia formal y de su incapacidad para controlar una potencia sexual, sin lugar a dudas excepcional que, si un buen día lo aupó al estrellato, ahora mismo acaba de hundirlo en la miseria.

¡Tenía queridas! -aseguran los chismosos-. Y es admirable que se bastara, en solitario, para tanta hembra ardiente como suelen serlo las cubanas. Pero, a pesar de todo, creo que debemos, a través de estas páginas, hacerle llegar el testimonio de nuestra admiración por lo que fue capaz de conseguir en ese nido de víboras que es la familia Castro. Así que: ¡Bravo, Alberto! ¡Los que vamos a morir te saludamos! Pero has hecho un desperdicio, hijo mío, del que sólo se alegran la bruja tía política de tu (¿ex?) mujer y sus críos.

ANEJO. Hay precedente. Su Excelencia Rafael Leónidas Trujillo, por voluntad propia Presidente Vitalicio de la República Dominicana tuvo, como Musito, que superar una prueba semejante cuando su idolatrada hija primogénita, Flor Silvestre, herida por una flecha de Cupido, le planteó la disyuntiva de asesinar o encumbrar a Porfirio Rubirosa. El Excelentísimo prefirió la segunda alternativa y fue así que Porfirio consiguió llegar a ser el primer latino admitido en la Academia Militar norteamericana de West Point. Es más que probable que el nombre de Alberto figure en la lista de los primeros militares cubanos egresados de escuelas militares rusas después de la desintegración de la URSS.

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